Se ha oído hablar mucho sobre la contratación pública electrónica los últimos meses. La pandemia ha potenciado la gestión remota de numerosos servicios, entre ellos también el proceso de contratación pública. Sin embargo, el origen de la contratación electrónica es muy anterior a la COVID-19. Con el avance imparable de la digitalización, desde hace años, todos los sectores han tenido que adaptarse a los nuevos tiempos mudando sus actividades, o habilitando parte de sus procesos, al formato online. Ya en el año 2002, con la Ley 34/2002, de 11 de julio, de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSI) se definía la contratación electrónica como el contrato, en el cual la oferta y la aceptación de la misma, son transmitidas por medios electrónicos, plataformas y/o recursos Cloud.
En la actualidad, y desde el año 2017, con la entrada en vigor de la Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público, se estableció la obligatoriedad de la contratación pública electrónica. Esta sentencia despertó diversas opiniones del sector, dentro de las cuales una parte se mostraba reticente y otra celebraba la modernización del proceso. Pero lo cierto es que la contratación pública electrónica ha demostrado ser eficaz tanto para el sector privado como para el sector público agilizando y mejorando numerosos procesos.
¿Cómo funciona? Ventajas e inconvenientes
La contratación pública electrónica, como hemos dicho, se define como la gestión de contratos dentro del marco digital. En este sentido, la contratación electrónica permite:
- Publicitar las licitaciones, facilitando la descarga de pliegos entre otros documentos complementarios.
- Presentar electrónicamente las ofertas sin necesidad de desplazamientos o encuentros físicos formales, acercando las oportunidades de licitación a todo tipo de empresas. Esto es especialmente beneficioso si hablamos de pymes o autónomos, una tarea pendiente dentro de la contratación pública.
- Gestionar las notificaciones electrónicas que se puedan necesitar durante el desarrollo del procedimiento. Esto evita complejos papeleos, errores de gestión y simplifica el proceso.
- Publicar los resultados de la licitación con la clasificación de los licitadores y la posterior adjudicación del contrato.
- Firmar el contrato de forma remota por medios electrónicos.
Como hemos visto, algunas de las ventajas que presenta la contratación pública electrónica es la dinamización del proceso. Con todo, la licitación electrónica busca simplificar los trámites, garantizar la presentación, evaluación y adjudicación de forma segura y potenciar la convocatoria. Tres objetivos que desde estrategiQa perseguimos y tenemos muy presentes en nuestro día a día. Tal como hemos comentado en otros de nuestros contenidos, queremos acercar y facilitar la licitación pública al mayor número de empresas posible. Ofreciendo la oportunidad de participar en un negocio que supone el 15% del PIB de nuestro país y que, sin duda, impulsará el crecimiento del tejido empresarial.
Actualmente realizamos la mayoría de nuestras transacciones vía online, ya no entendemos la vida sin la digitalización. El ahorro de costes, la optimización de los recursos, la facilidad de acceso y, en el caso de la contratación electrónica en especial, la libre concurrencia. Por todo ello, la contratación pública electrónica es un paso ineludible en el avance de la promoción de las licitaciones.
No obstante, la contratación pública electrónica también tiene sus sombras o, quizá, tareas pendientes para ser totalmente efectiva. Para algunos expertos en la materia aún estamos en el proceso de habilitar una infraestructura sólida que permita una verdadera dinamización a través de esta tecnología. Pero, como decía Machado “se hace camino al andar” y en ese proceso está exactamente ahora la contratación electrónica en España. Esto no la hace menos acertada, solo le exige tiempo y una fase de aprendizaje para todas las partes implicadas.
Lo último sobre contratación electrónica
En un futuro no muy lejano se pretende hacer un cambio radical del funcionamiento de la Administración Pública. Por medio de tecnologías como la contratación electrónica, los principales actores públicos ya están apostando por la innovación y digitalización de los procesos. De este modo, el pasado mes de abril el Gobierno aprobó el Reglamento para la actuación y funcionamiento del sector público por medios electrónicos. La nueva normativa, que entró en vigor oficialmente el 2 de abril, persigue crear una Administración Pública más digital, moderna, accesible y personalizada.
Sin duda, en estrategiQa apoyamos este tipo de iniciativas y cambios de ley para impulsar la contratación pública electrónica, acordes a nuestra visión y misión. Queremos que la licitación pública deje de resultar un imposible para muchas empresas, y la transformación digital es parte crucial de esta misión. En este sentido, la utilización de las TICs resulta necesaria -y realmente ventajosa- para este objetivo.
El futuro de la Contratación Pública es digital
Te asesoramos en todo el proceso de Contratación Pública electrónica.